Una marca que realzó la industria relojera suiza
El éxito de la tienda de relojes Swatch abrió a la industria relojera suiza nuevos horizontes: reforzó la confianza en la industria relojera patria y creó nuevas estrategias de venta.
La marca ‹Swatch› domina hoy en día la industria relojera suiza y está extendida por todo el mundo en el escaparate de cada tienda de relojes swatch. En los años 70, la industria relojera pasó por momentos muy malos porque había perdido la conexión con la tecnología de cuarzo y porque los productos suizos fueron suprimidos por relojes baratos pero precisos del Extremo Oriente. Gracias a Swatch la industria relojera suiza pudo recuperarse y exteriorizarse a través de cada tienda de relojes swatch que se abría en el exterior del país.
La marca Swatch responde de alegres relojes de moda con precios asequibles que permiten la compra de más de un ejemplar, según las estaciones del año o según propias preferencias. Swatch es también propietaria de distintas marcas suizas que abarcan toda la gama de los relojes baratos a los de lujo.
Los modelos de la tienda de relojes swatch fueron un éxito ya poco después de su lanzamiento en el mercado, primero en Suiza y luego en EE. UU. Se vendían como accesorios de moda: tras seis meses se impulsó otro modelo con un nuevo diseño en el mercado. En los primeros 21 meses se vendieron 3,5 millones relojes swatch. Hasta el vigésimo cumpleaños de la marca ya se habían lanzado unos 2.500 modelos al mercado y se habían vendido unos 300 millones de ejemplares divididos por en función de la tienda de relojes swatch.
El marketing tuvo, desde el mismo principio, un papel decisivo para el éxito de los modelos de la tienda de relojes Swatch y otras marcas producidas por el Grupo Swatch. Cada marca transmite su propio mensaje en la publicidad. El mensaje de Swatch dice así: «La más alta calidad a un precio bajísimo, provoca y diviértete en la vida».
La publicidad de una tienda de relojes swatch es casi tan innovadora como la tecnología. Por puros fines de publicidad se colgó por ejemplo un reloj de pulsera con una longitud de 140 metros en la fachada de un edificio bancario en Francfort, acompañado del eslogan: 60 marcos, Swiss.
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